Mientras hacen un inventario de todo lo que hay en el barco, encuentran una caja del Ministerio que la doctora no tiene apuntada en su lista. Al abrirla se encuentran con una pequeña caja metálica con un contador, un cronómetro que claramente está marcando una cuenta atrás. Sea lo que sea, les quedan 13 horas y 22 minutos.
Ramiro es incapaz de asumir lo sucedido. Está convencido de que todo es un experimento, que son conejillos de indias y sólo quieren estudiar sus reacciones. Intenta buscar en Piti un aliado para convencer a sus compañeros, pero éste está más preocupado por ver cómo puede aprovechar la tesitura y conquistar a Estela. Alegando que es un método infalible de distracción, Piti consigue convencer a la doctora para organizar citas de cinco minutos.
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